Embarquémonos en el viaje...

Este viaje es conocido como la Real Expedición Filantrópica de la Vacuna, real porque es financiada por el rey de España, Carlos IV, es decir, por la Corona; el concepto de filántropo viene del griego filos, y ánthropos, que significa literalmente Amor a la humanidad, y el término vacuna procede del origen bovino de esta cura para la viruela, que venía de la viruela vacuna.

La violenta epidemia de viruela estaba haciendo estragos ocasionando la muerte de miles de personas en las tierras del Imperio español, por lo que Carlos IV dispuso la organización de esta Real Expedición Filantrópica para extender la vacuna a las provincias españolas de América y Asia, convirtiéndose en la primera expedición sanitaria, científica y humanitaria internacional del mundo ilustrado.

El objetivo principal es el de vacunar a la población, pero esta expedición cumple otra función: enseñar a vacunar y dejar estructuras estables de vacunación en cada una de las ciudades visitadas, para prevenir epidemias y garantizar la inmunización de las generaciones futuras.

Se podría decir que la Expedición en sí comenzaría el 26 de mayo de 1803, que fue cuando comenzaron los preparativos en el Consejo de Indias, en septiembre saldrán desde Madrid (con los primeros seis niños de la Casa de Desamparados) hacia La Coruña para preparar aquí el viaje marítimo y reunir el restante de los niños encargados de llevar la vacuna, así como el instrumental médico y quirúrgico necesario.

El 30 de noviembre de 1803 parte del puerto de La Coruña Francisco Xavier Balmis y Berenguer con su equipo de cirujanos (Isabel Zendal y Josef Salvany) y un grupo de veintidós niños, denominados expósitos, con la vacuna inoculada para permitirles transportar el virus vivo hasta los territorios Americanos. Desde este año hasta el 1806 la Real Expedición Filantrópica de la Vacuna recorrió las Islas Canarias, Venezuela, Cuba y México, y una vez en Acapulco, embarcó hacia Filipinas, y haciendo escala en África a su vuelta, en la isla de Santa Elena, y gracias a esto la vacuna fue introducida en el continente africano. Pese a que la ruta quedaba definida en mayo de ese mismo año, sufriría modificaciones debidas a la urgencia de algunas zonas que necesitaban vacunación y algunos brotes puntuales.

Mapa de La Coruña (1802). Fuente: Cartografía de ultramar tomo V

Corbeta María Pita (1803), Fuente: BNE

Reconstrucción de los expedicionarios en el Bicentenario de la Expedición Balmis-Salvany, A Coruña, 2003. Fuente: Domus, Museos Científicos Coruñeses.

La expedición tenía como objeto llevar la vacuna a estas zonas, pero también enseñar cómo producirla y organizar unas Juntas de Vacunación con toda la normativa que se aplicaba en España y las pautas a seguir, aunque en algunos puntos, como en La Habana y en San Juan de Puerto Rico, la vacunación había comenzado a manos de un médico cubano y otro barcelonés, respectivamente. Todo ello lo harían repartiendo los quinientos ejemplares traducidos del Tratado histórico y práctico de la vacuna, que serían distribuidos por estas comisiones de vacunación.

En primer lugar, el navío llegaría a Santa Cruz de Tenerife, el 9 de diciembre de 1803, diez días después de fletar desde Galicia. Allí se realizarían pequeñas expediciones a todas las islas para concluir el día 6 de enero del año siguiente, cuando partirían hacia el continente americano. En poco más de un mes desembarcaban en Puerto Rico, donde encontraron resistencia a la vacunación por parte de su gobernador y muy poca colaboración para reunir más niños que permitiesen partir hacia Venezuela con el virus vivo. En marzo de 1804 comenzarían las vacunaciones en Caracas, centro difusor de la vacuna para toda la Capitanía General de Venezuela, y se crearía aquí la Junta de Vacuna primera, para la conservación, el transporte del fluido y la vacunación a futuro, así como los Reglamentos de Vacunación, que configuraron el modelo a seguir por el resto de los territorios de la Corona.

Mapa de Canarias por Antonio Valdés, 1787. Fuente: Instituto Geográfico Nacional

Mapa de Venezuela. Fuente: Cartografía de ultramar tomo III

Por otro lado, la otra parte de la expedición, encabezada por Balmis, recorrería Venezuela hacia Cuba, México y algunas zonas de lo que hoy se considera Estados Unidos, como Texas. Convenció incluso al reticente José de Iturrigaray, Virrey de la Nueva España (Ciudad de México) de vacunarse él y su hijo. Desde este mismo territorio, aunque saliendo del puerto de Acapulco, con un total de veintiséis niños (algunos nuevos del hospicio de Acapulco) hacia Manila, Filipinas, donde pasaría un año entero vacunando a la población, que por aquel entonces también eran súbditos de la Corona.

Con el regreso de Balmis a España, se difundió la vacuna por China, pues se detuvo en Macao y Cantón, así como en la isla de Santa Elena, que era posesión inglesa. Volvería a la península en el año 1806, pasando primero por Lisboa, y desde allí a España.

Se estima que en esta expedición, la primera Campaña médica internacional, desde luego, la primera expedición filantrópica conocida, se salvó a más de 100 millones de seres humanos, de toda raza, procedencia y condición, creando también una técnica y una infraestructura particular a lo largo del mundo.

Camino que tomó Balmis, desde Venezuela hacia México. Fuente: Cartografía de ultramar tomo IV

En La Guaira, Venezuela, la expedición se dividió, el 8 de mayo de 1804, partiendo Balmis al norte, hacia México, en la que iría también Isabel Zendal con todos los niños que zarparon de Galicia; por su parte Salvany, hacia el sur, empezando por Cartagena de Indias, Colombia, después hasta Bogotá, vacunando a más de 4000 personas en estas zonas, aparte de las realizadas en el camino, con un recibimiento extraordinario. Josef Salvany partiría en el bergantín San Luis con cuatro niños transmisores, naufragando en la desembocadura del Río Magdalena pero pese a todo continuando su travesía hacia los Andes. Para entonces, Salvany comenzó a enfermar de tuberculosis; sin embargo, ante un nuevo brote de viruela en Quito, Ecuador, la expedición se dividió nuevamente y el equipo de Salvany marchó hacia allí, mientras otros cirujanos y ayudantes (Grajales, Bolaños) partían hacia Guayaquil, Ecuador, y de allí hacia Chile. En este punto, las vacunaciones superaban ya la cifra de cien mil, para cuando Salvany llegó a Piura, Perú, y cayó enfermo. Aun viajaría esta expedición hacia el sur, queriendo llegar a Buenos Aires, pero Salvany no llegaría a ver el Virreinato del Río de la Plata, pues moriría a causa de sus múltiples enfermedades en 1810.

Camino que tomó Salvany, desde Venezuela y pasando por Bolivia. Fuente: Cartografía de ultramar tomo IX