Rey Carlos IV
El Rey Carlos IV sufriría en su propia familia las consecuencias de la viruela, ya que su hija, la Infanta María Teresa, moriría en el año 1794 a causa de la viruela y otra de sus descendientes, la infanta María Luisa, enfermó gravemente; y perdió a su hermano Gabriel poco antes en el 1788. Esto ocasionó que el monarca utilizase la variolización con el rersto de su familia. No quería seguir perdiendo miembros a costa de la viruela.
También está relacionado directamente con los territorios que mayor afección, salvando Europa, estaban teniendo de esta enfermedad infecciosa: los territorios de ultramar, entre los que se encontraba gran parte del aun Imperio Español. En aquel momento, el sur del continente americano, parte de América Central y Filipinas pertenecían a la Corona, pero también zonas en Norteamérica al finalizar la Guerra de Independencia de EEUU, como lo que hoy se conoce como California o incluso Florida.
Si bien es cierto que los españoles, los conquistadores, fueron la causa por la que la viruela entró en el continente Americano en primer lugar, también se esforzaron por hacerla desaparecer tan pronto hubieron encontrado una cura efectiva para ello. De ahí la necesidad de la Expedición, pues los territorios eran numerosos, y los súbditos se contaban por cientos de miles. Además, la viruela estaba causando en ultramar estragos más severos que los que se veían en el viejo continente, ya que en algunos puntos en el norte (nos encontramos en pleno conflicto anglo-americano, con el contexto de la Guerra de Independencia estadounidense) muchos ingleses les proporcionaban a los nativos mantas infectadas con viruela.
Pero no solo en América había graves consecuencias de esta enfermedad infecciosa, también en Filipinas, que pertenecía a la Corona en aquellos momentos. De esta manera, la Expedición se traduce como algo filantrópico, sí, pero también necesario, pues los súbditos de la Corona morían a miles a lo largo del mundo.
Pese a que en cierta manera esta expedición ayudó y puso los cimientos de la posterior erradicación de la enfermedad, muchos años después (1980) la verdad es que en algunos territorios se estaba aplicando la misma solución cuando los españoles llegaron. Quizá, como opinan algunos autores, la gran aportación no fuese llevar la vacuna en sí, sino crear un sistema que regulase su difusión, las Juntas de Vacunación.